Harvey Weinstein, no sólo era conocido por sus abusos sexuales, sino por sus muy agresivas tácticas de negocios. Una de sus costumbres, era hacerle cortes a las películas que producía, a espaldas de sus directores, según sirviera a sus intereses.
Cuando Disney y los estudios Ghibli hicieron un trato para distribuir esas películas en los Estados Unidos, el productor de Miyazaki, quien sabía de la reputación de Weinstein, le envió una espada samurai con una nota atada que decía: «nada de cortes».
Cuentan que Weinstein enfureció, especialmente cuando quiso recortar la duración de la Princesa Mononoke a tan sólo 90 minutos.
Sin embargo, los de Ghibli se movieron rápido y lograron proteger sus películas, con un acuerdo con Disney, que ni siquiera Weinstein pudo modificar…
