Gemini Man, actualmente en cartelera, no es una película normal. No sólo por el hecho de que la «versión joven» de Will Smith es una creación 100% digital, sino porque el director, Ang Lee, es un explorador que busca ampliar las fronteras del cine actual.
El conocido director, ha dicho en entrevistas, que es hora de que el cine digital deje de intentar imitar al cine tradicional de celuloide. Parte de esa nueva libertad a la que se refiere, es proyectar las películas a una velocidad distinta a la del cine que estamos acostumbrados a ver. Para resumir: el cine se proyecta normalmente a una velocidad de 24 cuadros por segundo, aunque no lo percibamos tanto, ese parpadeo propio de la gran pantalla contribuye a la imagen y estética que estamos acostumbrados a recibir.
Con la era del video y la televisión, esta velocidad subió a 60 cuadros por segundo (fps), lo que produce una imagen más «fluida»; es normal que alguien describa esta imagen como «que parece un video» para explicar este tipo de experiencia.

El director de «Life of Pi» ha tenido gran éxito en utilizar el formato 3D de manera artística y no sólo como un truco audiovisual, pero su nueva fijación, es con aumentar la velocidad de sus películas a un sorprendente 120 cuadros por segundo. En el caso de Gemini Man, Lee combina esto con la grabación en 4k y en 3D, para un efecto totalmente distinto al de una película normal. Este, es uno de esos ejemplos en los que un director va al frente de la industria, lo que falta por ver, es si el resto seguirá a Ang Lee en esta cruzada por reventar las fronteras del cine digital.
