Bailar desnudo en la cara del movimiento políticamente correcto, usar un humor pansexual tan libremente como si fuera lubricante y poner incómodo al status quo de la censura, todo mientras se asesina gente embutido en un traje de cuerina escarlata. Sólo un personaje logra hacer todo esto con la facilidad con la que Marvel toma nuestro dinero en taquilla: Deadpool, el antihéroe experto en sacarle las canas a Colossus aunque éste no tenga pelo, demostró ser un éxito con críticos y fans por igual.
Pero los chistes con referencias a los 90’s y el lenguaje profano de este mercenario han sido puestos en tela de duda. Sobretodo ahora, que él es uno más de los personajes propiedad de Disney, una empresa que, admitámoslo, se precia de ser sinónimo de una época en la que las princesas del bosque cantaban junto a los pajarillos para deleite de la sociedad conservadora. (Realmente, Disney es una poderosa transnacional con más garra para los negocios que Wolverine, pero bueno, apariencias).
El hecho de que, para la navidad anterior, Deadpool apareciera en una especie en versión beta «para toda la familia» de su última película, pareció confirmar que, efectivamente, estaban por suavizar al antihéroe. Sin embargo, las noticias son buenas para quienes gustan del olor de la pólvora fresca y las vulgaridades por la mañana. En una entrevista con Variety, el jefe de los estudios Marvel, Kevin Feige afirmó que «con respecto a Deadpool…si sirve, ¿Para qué arreglarlo? Este continuará siendo ‘R»
Deadpool, también podrá ser integrado a las historias de los Avengers o los demás héroes del Universo Cinematográfico Marvel. No sé ustedes, pero me gustaría mucho ver el efecto en digamos, Capitán América o mejor aún, en Hulk, de tener que lidiar con el encapuchado durante un fin de semana. Por ahora, será el ratón quien tenga que lidiar con la sangre y demás fluidos que Deadpool siga generando en la gran pantalla.
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