Había una vez un hombre que escribió un libro. Este libro no era un proyecto de juventud que había quedado abandondado por falta de tiempo. Su libro, cuenta una de las batallas más duras que una persona puede sufrir junto a alguien a quien ama profundamente; es la historia de su impotencia al ver cómo las drogas consumen a su hijo como si fueran un animal hambriento y este, su presa impotente. «Hermoso Muchacho, La Jornada de un Padre a través de la drogadicción de su Hijo», por David Sheff. Ese hijo, en la vida real se llama Nic Sheff y también escribió un libro: «Tweak, Creciendo con Metanfetaminas» .
Con el tiempo, ambos libros se combinaron en un sólo guión para cine y la película que se produjo con él cuenta ambas caras de la moneda. «Beautiful Boy» («Siempre serás mi Hijo», en latinoamérica) debutó en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2018 y ahora está en exhibición en nuestro país.
Presentar historias sobre drogas en el cine siempre es complejo… o muy simple, según se vea. Recorrer el camino fácil es tentador; mostrar El Uso en fiestas tan cool que hacen que las vidas de las celebridades parezcan aburridas, con usuarios que nunca presentan más consecuencias que el equivalente a una resaca, apenas necesaria para contar la historia. También es fácil mostrar al drogadicto como un estereotipo andante, un cáncer social que vale más muerto que vivo y a sus padres, como santos llorosos que tienen más de estatuas de iglesia que personajes reales.
¿Pero qué pasa cuando los protagonistas son un padre y un hijo que se aman genuinamente? Cuando nos alejamos del gastado estereotipo del adolescente malcriado y del padre perfecto, es más difícil refugiarnos en nuestras antiguas ideas y más fácil percibir cómo la drogadicción no es un problema simple, para nada.

David y Nic se quieren, desde siempre. Gracias a una madre mayoritariamente ausente, éstos tienen la oportunidad de crecer juntos y desarrollar una amistad que los sostiene en las buenas y en las malas. Una escena en especial, los muestra celebrando juntos la graduación del hijo con un «porro especial». En cualquier otra película, uno podría sentir esto como el «papá cool»o bien, el viejo irresponsable que pone en peligro a su hijo. Beautiful Boy tiene la cualidad de ser el tipo de historia que te permite emitir juicios, pero éstos no llevan encima el peso de los extremos, pues no hay personas malas o buenas al cien por ciento. (De hecho, las mismas etiquetas de «bueno» o «malo» son aquí y siempre, debatibles). Nic es un buen muchacho que quiere a su padre, David es un padre que da todo por su hijo, ninguno de los dos es el ser perfecto que películas de mucho menor factura insisten en predicar.
Un mal día, Nic no vuelve a casa y David inicia el increíblemente doloroso camino de alguien que acompaña a un ser amado en su adicción. Protegerlo, buscarlo, reclamarle, llevarlo a casa, llamar a hospitales de noche, intentar rehabilitarlo, cruzar el país en su busca… Mientras tanto, la nueva esposa y dos hijos pequeños de David, quienes también aman a Nic, se suman a la lista de gente (incluidos nosotros entre el público) que mira y se pregunta: ¿Hasta dónde llegará la resistencia de un padre para intentar proteger a su hijo?

Con esta película, Carell se suma a la lista de actores cómicos que entregan actuaciones de calidad en la categoría de drama. Thimothée Chamalet, como su hijo, da una de las mejores actuaciones que he visto en jóvenes últimamente, ténganlo en el radar. La edición es original, con flashbacks que juegan con la cronología y nos aterrizan en diferentes etapas de la relación padre hijo. Y la música, es oportuna y ayuda a soportar el ritmo de la historia.
Recurriendo a otras películas sobre drogas, no esperen la violencia claustrofóbica de «Requiem for a Dream», esta es una película apta para conversarla y discutirla, una que te pone a pensar, sin destruirte el ánimo todo un fin de semana. Despues de todo, es una historia de gente ordinaria lidiando con algo, por desgracia, cada vez más común.
Se ve maravillosa película, cuidemos a nuestros hijos, ellos lo agradecerán. 🙂
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