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RESEÑA: ALITA, El Futuro del Futuro

El aspecto técnico de la película es impresionante. Es, de verdad, un ejercicio de todo lo que el cine del siglo 21 puede ser.

Antes de Titanic, antes de Avatar…desde que el director James Cameron vió el manga Gunnm, de Yikito Kushiro, decidió que quería hacer la película sobre una joven cyborg del futuro que había perdido la memoria pero que, en su interior, poseía la tecnología y las pistas para salvar su mundo. Alita es tan del futuro, que Cameron vio que la tecnología del cine de finales del siglo 20 aún no era digna para contar su historia.

Pongamos pausa aquí mismo. Esa es una canción que ya le hemos escuchado antes al director. El «no puedo hacer esto porque aún no existe la tecnología para hacerlo bien» debería ser un lema en las tarjetas de presentación de James Cameron. Pero ese es el punto; si lo dijera cualquier otro fulano, uno podría echarle la culpa al miedo o a la vagancia. Pero es James freaking Cameron, el hombre que ha recibido premios científicos por inventar cámaras y procedimientos para filmar en bajísimas profundidades o en el espacio exterior. La historia de un barco hundido se puede contar hasta en teatro, pero había que sumergirse a filmar en condiciones impensables para hacerlo con el realismo que este Merlín de la tecnología quería. Avatar pudo haber sido un dibujo animado, igual al que cualquier generación ha visto los sabados por la mañana o en Netflix ,según haya tocado vivir la niñez; en lugar de eso, hubo que inventar la tecnología de animación, 3D y motion capture (más bien importarla desde el 2199) para, nuevamente, contar bien la historia. En resumen, si Cameron decía que aún no era el tiempo de Alita, es porque los terrícolas no teníamos la ciencia para verla justo como se merecía.

Llega el 2019, aún los carros voladores son cosa de unos cuantos prototipos en YouTube y nuestros robots todavía nos asombran cuando pueden conversar inteligentemente y correr o subir escaleras. Pero en el cine es otra historia, finalmente existen los medios para narrar la historia del Angel de Batalla. El que no tiene tiempo es Cameron (ocupado con las próximas 3 películas de Avatar), por lo que Robert Rodríguez recibe la tarea de dirigir Alita mientras el papá de Terminator la produce. ¿Cómo le fue?

La acción es rápida y frenética, el diseño de los personajes es el sueño mojado de cualquier cosplayer mientras cuerpos con agregados cibernéticos vuelven a cualquiera un superhumano. El aspecto técnico de la película es impresionante. Es, de verdad, un ejercicio de todo lo que el cine del siglo 21 puede ser. Mezcla de personajes reales con otros modificados por computadora, 3D que raya en lo artístico, un diseño de sonido que te pinta la historia en el cerebro aunque tuvieras los ojos cerrados y para rematar, una buena dosis de talento humano en un elenco de ganadores del Oscar: Christoph Waltz, Jennifer Connelly y Mahershala Ali. Como extra, tuve la oportunidad de sentir la película en una de estas salas en la que las sillas se mueven con el personaje, hay humo, agua y viento…sólo falta que a uno le den vestuario (aunque algunos fans ya llevaban el suyo). La experiencia es envolvente y completa.

¿Pero qué pasa con la historia? En escencia, esto es el futuro del futuro (lo dijo Cameron, no yo). El mundo llegó a un estado increíble de tecnología, pero un conflicto nos llevó a ese estado distópico tan común en otras películas: la gente normal vive en una mezcla de primitivismo con alta tecnología sobrante del pasado, un deleite para los amantes del steampunk. Otra cosa común con otras historias es el hecho de que la sociedad sigue dividida en clases sociales, una clase alta vive literalmente en las nubes, mientras que el resto vive abajo en Iron City, una especie de favela mecánica del tamaño de Ciudad de México. De ahí en adelante, «Alita: Ángel de Batalla» está poblada con sus propios personajes: cazarecompensas, científicos, cyborgs asesinos y humanos callejeros buscando sobrevivir y sí, es bastante satisfactoria.

En relaciones humanas hay un poco para cada quien, desde el drama de un matrimonio roto por sus diferencias en cuanto a ambición e ideales, hasta el factor adolescente de conocerse en la calle e irse gustando, pasando por la ambición de quienes quieren pertenecer a la élite y hacen lo que sea por lograrlo. Hay que decirlo, los actores maduros tienen mucho más peso que los jóvenes, pero es que aún no inventan el cyborg que pueda reemplazar el colmillo que dan los años de actuación; aún así, Rosa Salazar (Alita) y Keean Johnson convencen (ella más que él, aunque sus ojos sean agradados de forma excelente via motion capture hasta un tamaño manga para, según Cameron, serle fiel al material original),

Hablando del material original, si uno sabe más de astrofísica que de la historia de Alita no hay porqué preocuparse, los personajes van explicando muchas cosas que hacen que no haya que estarle tocando el hombro al amigo geek para preguntarle. Ah ¿Usted es el amigo geek? Entonces le va a encantar.

8 comentarios

  1. Llevamos ya bastantes intentos de adaptar un mango o anime al cine y por desgracia no han resultado de manera positiva, con esta adaptación espero se rompa la regla y veamos algo fresco e innovador.
    Fe plena en Robert Rodriguez el y su escuela a lo Tarantino nunca me han decepcionado.

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